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Nos dirigimos dirección Fuente de Cantos y a unos 10 km al este de Segura de León encontramos un paisaje de gran belleza. Se trata de la rivera de Ardila y la Sierra de Gigonza, famosa por sus espárragos.

Comenzaremos visitando la SIERRA DE GIGONZA, que divide las cuencas de los ríos Ardila y Astileros. Su punto más elevado alcanza los 738 metros de altitud como certifica un monolito situado en el lugar.

El nombre deriva de Sigunza, de la raíz céltica y germánica “seghi”, que significa “vencer”. En lo alto de uno de los cerros de esta sierra encontramos las ruinas de un antiguo castillo roquero con los restos de un poblado a sus pies. Esta fortaleza de origen musulmán tuvo bastante importancia militar para el control del territorio y aparece mencionada en las rutas del geógrafo árabe Al-Idrisi, situándola entre Sevilla y Badajoz.

Entre los restos conservados, se pueden apreciar lienzos de muralla, parte del foso y una curiosa construcción de tapial identificada con un morabito. Numerosos fragmentos de cerámica islámica aparecen por las laderas, lo que permite fechar el asentamiento en torno al siglo XI.

Bajamos del cerro y nos paramos junto al puente del Ardila, numerosas aves alzan el vuelo a nuestro paso: cigüeñas negras, garzas reales, mirlos, verdecillos y jilgueros.

Cogemos un sendero a la izquierda de la carretera que nos lleva hacia las CASAS DE ARDILA, mientras, aprovechamos el paseo para coger espárragos y disfrutar de las espectaculares vistas de la rivera y al fondo la campiña.

Llegamos a un primer conjunto de viviendas y seguimos avanzando en nuestro paseo hasta encontrar otra agrupación de casas en la parte más alta. Las ruinas de los edificios nos hablan de la vida que antaño tuvo este poblado, habitado hasta los años 60 por numerosas familias. Hoy en día, las grietas de los muros y las construcciones a tejavana nos recuerdan la dureza de aquella época. Había tantos vecinos en el caserío de Ardila que incluso llegaron a tener su propia iglesia, una modesta ermita dedicada a San Ildefonso.

Y tú, ¿qué recuerdos tienes de Ardila?




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