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Cuando hacemos visitas guiadas a la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Asunción uno de los comentarios que más se repite es que “parece una catedral” y no es para menos...

El edificio está declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento y su interior constituye un verdadero museo, ya que cuenta con 13 retablos, más de 40 esculturas, más de 20 lienzos, 7 vidrieras, un gran órgano barroco y una gran colección de bordados y platería.
En el exterior destaca su capilla mayor con almenas a modo de fortaleza, la torre y la airosa espadaña. El juego de volúmenes de las capillas y su elevación sobre el terreno, hacen que sobresalga de manera destacada entre el caserío.

Entre las joyas que encontramos dentro de la iglesia, destacamos algunas de relevancia: el órgano barroco de 1782 con su curiosa representación del demonio, la capilla de Hernán Mexía con una excelente verja de hierro o la capilla del Rosario, que conserva un magnífico retablo barroco y donde podemos contemplar la obra “El Martirio de San Bartolomé” del pintor barroco Valdés Leal, de la hablaremos en otra ocasión.

Otras de las piezas que podemos contemplar son el tenante (soporte) de altar visigodo reutilizado como escalón, tumbas de mármol junto al altar mayor, vidrieras como las de la capilla mayor, hechas por encargo de Ildefonso Serrano o la pila bautismal del siglo XVI.

Sin duda, un patrimonio artístico y monumental de debemos poner en valor y conservar para las generaciones venideras.

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