• 04-Febrero-2021 12:18
    Salud y Bienestar Social

    En el año 2000 la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) acordaron que cada 4 de febrero se celebre este Día Mundial contra el Cáncer, para que a nivel mundial se recuerde el grado de mortalidad de esta enfermedad; así como la lucha para la prevención y detección temprana.

    La prevención está de la mano de todos, simplemente hay que llevar a cabo medidas de prevención sencillas y adaptarlas a nuestro estilo de vida, estas son:

    Dejar de fumar y evitar la exposición pasiva al humo del tabaco: El tabaco constituye actualmente la principal causa de cáncer prevenible a nivel mundial. Fumar provoca entre el 80% y el 90% de todas las muertes por cáncer de pulmón y cerca de un tercio de todos los fallecimientos incluido el cáncer de boca, laringe, garganta y estómago

    Reducir el consumo de alcohol: El consumo de alcohol aumenta el riesgo de sufrir cáncer de boca, garganta y laringe, mama, intestino e hígado.

    Evitar la exposición excesiva a los rayos solares: Recibir pequeñas cantidades de luz solar es esencial para que nuestro cuerpo produzca vitamina D. Sin embargo, la exposición excesiva a los rayos solares o a fuentes artificiales de radiación ultravioleta, como las cabinas de bronceado, aumenta el riesgo de padecer todos los tipos de cáncer de piel.

    Realizar actividad física de forma habitual: Se estima que la falta de actividad física está detrás de un 25% de los casos de cáncer de mama y colon en todo el mundo.

    Llevar una dieta saludable: Los estudios indican que cada porción diaria (80-100 gr) de fruta o verdura reduce un 20% el riesgo de padecer cáncer de boca y un 30% el riesgo de cáncer de estómago. Una ingesta elevada de fibra (un promedio de 27 gr/día) se asocia a un 20% menos de riesgo de padecer cáncer de intestino, mientras que la carne roja y procesada aumenta el riesgo de padecer este tipo de cáncer.

    Mantener un peso adecuado: Existen pruebas convincentes de que el sobrepeso o la obesidad (cuando el índice de masa corporal en un adulto se sitúa entre 25 y 30) aumenta el riesgo de desarrollar cáncer cérvico uterino, riñón, esófago, estómago, colon y mama (en mujeres posmenopáusicas), próstata, vesícula biliar y páncreas

    Protegerse contra las infecciones que provocan cáncer: Aunque el cáncer en si no es una enfermedad infecciosa, casi un 22% de las muertes por esta enfermedad en los países en vías de desarrollo y un 6% en los países industrializados, están provocadas por infecciones crónicas, como el virus de la hepatitis B o C (que provoca cáncer de hígado), el virus del papiloma humano (que provoca cáncer cérvico uterino) y la bacteria helicobacter pylori, que aumenta el riesgo de cáncer de estómago.

    FUENTE: Unión Internacional Contra el Cáncer; www.uicc.org



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